domingo, 26 de enero de 2014

BIEN DE FAMILIA


Post argentino acerca de salir del clóset ante la familia, las reacciones, los miedos y las satisfacciones:

Sucedió a fines del 81 y lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Eran tiempos en los que la palabra gay todavía no tenía la carga mediática que actualmente tiene.. Mi vieja, con su mejor cara de tragedia griega me invitaba a sentarnos en la sala porque «teníamos que hablar». Fiel a su filosofía, según la cual era menester afrontar los disgustos sin rodeos, me espetó un «hijo, ¿vos sos homosexual?», moviendo la cabeza como esos perritos que suelen poner de adorno en los autos.

Yo tenía casi veinte años y acababa de romper una relación que ya había superado los siete aniversarios. En ese momento pasaron por mi mente miles, millones de imágenes: mi primera vez, los miedos iniciales, la primera noche que él se quedó a dormir en casa como un «amigo», el día en que nos dimos el titulo de «novios», los tantos y tantos desayunos que mi misma madre nos servía contenta porque el nene no era uno de esos «tarúpidos» (neologismo que ella usaba con frecuencia) que no tenían vida social... las discusiones familiares tan cargadas de expresiones homofóbicas (aunque por entonces yo desconociera la existencia de esa palabra), las burlas de mi hermano ante mi total ineptitud para los deportes...

«¿Qué le digo?» me pregunté muy asustado. Y unas décimas de segundo después mi acuariano nato me ganó de mano y largó un certero y contundente «sí» como única respuesta a lo que se me había preguntado. Luego vino el silencio más absoluto. Dramatismo y desconcierto en la mirada desorbitada de mi madre para estallar de pronto en un desgarrado «¿Qué me hiciste? ¿Qué me hiciste?».

No reproduzco mi respuesta porque fue una de las más bestiales intemperancias de mi historia y no me enorgullezco de ella. Baste con declarar que fui directamente al choque y que solo su inconmensurable amor de madre taurina evitó males mayores. De todos modos, no se privó de hacerme padecer todas las maldiciones destinadas a las «personas que son como vos». En pocos días pude reproducir toda la historia de la homosexualidad en mi misma persona, al ser considerado como pecador, delincuente y finalmente como enfermo, para luego volver a recorrer el vía crucis de atrás para adelante y de adelante para atrás. Calvario que, en lo concreto, se tradujo en obligadas sesiones de terapia (porque «no me entra en la cabeza que eso no se pueda curar»), en el silencio cobarde de mi padre (que cuando las papas quemaban prefería dejarlo todo en manos de su señora esposa) y en una década casi completita durante la cual mi hermano mayor no me dirigió la palabra.

Fue duro pero lo que no mata fortalece. Sobreviví. Difícilmente se sucumbe cuando se tiene la convicción profunda de que el amor nunca puede ser algo reprobable. Después pasaron muchas cosas. Reencuentros y nuevos desencuentros fueron la constante de nuestra difícil relación familiar. Sin embargo, hoy que también soy padre, puedo comprender (aunque no justificar) tales reacciones. Sobre todo la de mi madre. Los prejuicios, los miedos, las inseguridades, los sentimientos de culpa, las frustraciones y vaya uno a saber cuántas pálidas más se le mezclaron en la coctelera para generar un brebaje explosivo que ni siquiera ella (que estaba habituada a manejar el universo que la rodeaba con pericia inigualable) pudo controlar.

Hoy que los años han pasado y puedo ver las cosas desde otro ángulo e incluso salir de mí mismo y confrontar con lo que les sucede a los demás, me doy cuenta de que muchos son los cambios, aunque la película de la homofobia parezca más bien una foto retocada.

Me habría gustado saber cuál hubiera sido el devenir ideológico de mi señora madre, de haber tenido la posibilidad de vivir estos años actuales en los que el desprecio por lo diverso comienza a perder (con timidez) su status de pensamiento políticamente correcto. Cada día son más las personas que se dan cuenta de que l@s integrantes de esta comunidad tan heterogénea como es el colectivo LGBT somos seres humanos, sujetos de derecho, tan falibles y meritorios como cualquier hijo de vecino. Cada día son más las personas que se brindan el beneficio de poner en duda los valores ancestrales y se permiten la idea de una convivencia basada en el respeto y la comprensión.

Esto no significa que las familias de hoy en día sean más abiertas y respetuosas de la orientación sexual de sus hij@s. Tal vez debieran serlo, habida cuenta de la mayor información disponible y la creciente exposición de much@s de nosotr@s que (en algunos casos) mostramos un perfil francamente reñido con el estereotipo dominante en la conciencia colectiva.

No sé si el mundo de hoy es mucho mejor que el de hace veinte años. Pero sí se me ocurre que la responsabilidad de lograr una cada vez mayor aceptación de nuestras elecciones de vida también depende de nosotr@s, de lqs hij@s de esas madres y esos padres que se han educado en el odio y la desvalorización de lo diferente. «Debemos ser el cambio que queremos ver» decía Gandhi. Nosotr@s, los gays, las lesbianas y l@s trans deberíamos defender nuestros reclamos con el ejemplo. Y más aun: animarnos a salir del armario frente a nuestras respectivas familias a fin de demostrarles que nada cambia por el hecho de blanquear una sexualidad que pretendía estar oculta. La persona que comparta mi cama no va a cambiar lo que yo soy. Si hoy me amás, no hay razones para que mañana me desprecies, habiendo mediado solamente una manifestación honesta de mi ser más íntimo.

Sepan quienes lo intenten que nadie puede garantizarles un jardín de rosas. Puede que el destino les haya puesto como prueba una familia como la mía. Puede que sea aun peor. Pero también cabe la posibilidad de que les suceda lo que a un amigo mío cuya madre, al enterarse de su homosexualidad, lo abrazó y lo besó aliviada: habiendo llegado "el nene" a los treinta sin haber presentado ni una novia, ella ya pensaba que tal vez tuviera «algún problema».

Como verán, hay de todo como en botica. Lo cierto es que, fuere cual fuere la reacción de nuestro entorno, siempre será mejor afrontar la vida con la verdad y sin vergüenzas. Sentirse un poco Superman, pero sin lentes ni capa. Por lo general, las cosas no suelen ser tan terribles como unx se las imagina. Y aun si lo fueran, nada se iguala a la paz que emana del simple hecho de encarar la brisa fresca con el orgullo de haber enaltecido la propia dignidad.

Tomado del blog de Víctor Ramírez, alias el Huije:
http://hoy-que-es.blogspot.mx/2008/06/bien-de-familia.html

Que tal?

viernes, 24 de enero de 2014

NI FUTBOLISTA, NI MARIACHI...





Hay un chiste/broma del cual los tapatios jamas nos vamos a librar:
En Guadalajara, cuando los niños nacen, les hacen "La Tapatía", el doctor los levanta por los pies y les mete un dedo en el ano, después de esto, hay tres posibles reacciones:
1) Si el niño patalea, será fubolista
2) Si al momento de sentir el dedo grita y llora, será mariachi,
3) Si el niño no tiene ninguna reacción, será puto

... a decir verdad tengo que confesar que durante muchos años practiqué fútbol o al menos lo intentaba... de hecho me sigue gustando mucho pero... pues no acabé como futbolista, no era bueno para eso definitivamente...

... cantar solo se me da en la regadera y no lo hago porque pues es muy de jotos eso... instrumentos musicales pues tampoco porque realmente no... así que lo del mariachi tampoco se me dio... ni futbolista, ni mariachi...

lunes, 20 de enero de 2014

Y TU PARA CUANDO?


Esa %^#%#^% preguntita… no se como se siguen atreviendo a usarla…

Las bodas de amigos de muchos años, de ciertos conocidos y sobre todo de familiares suelen ser un fastidio para mí. En lo personal sigo conservando cierto estatus de closet, no es que me avergüence y que no lo sepa nadie, sino que realmente solo lo sabe quien yo quiero que lo sepa (claro, a menos que vaya de la mano con mi marido o me ponga a bailar una de Bosé… ).

Entonces… cuando hay eventos sociales, sobre todo familiares, y no estoy acompañado de mi pareja es cuando mas se da el dilema de estar soportando las preguntas: y tú para cuando te casas? Te vas a quedar a vestir santas… o santos?, y tu que ondas, ya casi llegas a los 41 eh.. Así que cuidado.. y muchas veces soporto esas preguntas y otras tantas… híjole, mi madre me odia porque les echo en cara la respuesta obvia…

En fin, que se acabo de pasar por uno de estos momentos el fin de semana pasado, en casa soy el mayor de los hijos, y como ya todos se casaron y tienen sus niños.. uuuyy… lo peor del caso es que fuí yo solito, y ahí andaba yo a hacerme soltero feliz delante de todo el desfile de parientes conocidos y desconocidos. La verdad es que tuve suerte, no hubo mucho énfasis en mi homosexualidad aunque ya casi todos lo sabían, la risa vino cuando una de mis tías políticas a la que detesto me preguntó que si yo ya tenia planes de casarme, que si no me daba miedo quedarme solito, a lo que ya iba yo bien entrado contestándole que si, que pronto me casaría pero ella no podría ir a la fiesta, ya que no creía yo que quisiera viajar al DF a ver mi boda… y mi madre que entra al quite… mi tía con la cara de… no entendí… en fin, no entiendo por qué insisten en buscar una respuesta que ya saben.

Lo peor del caso, fue cuando uno de mis tíos ya medio entrado en copas me preguntó si todavía seguía con mis problemas de definición sexual… tío, no mame, tengo 39 añitos, un marido que me quiere y muchos planes con él… chales... de verdad… odio las reuniones familiares… solo falta una de mis primas, espero se vaya de monja o algo así para no tener que pasar por otro show similar.. .

jueves, 16 de enero de 2014

LA LISTA





Hace mas de quince años hice una relación de todo lo que yo consideraba debía tener listo como preparativos para vivir solo, para tener mi propia casa. En aquel entonces recuerdo que me preocupaba tener que salirme intempestivamente de mi casa porque me descubrieran mis padres que era gay y no me quisieran con ellos.

Ahí aparecian cosas divididas en ciertos rubros: muebles, artículos de limpieza, artículos personales, ropas de casa, etc.. y estan listados desde una cama hasta un trapeador, pasando por cloros, sabanas, toallas, dvd, de todo... obviamente con un orden de importancia, desde lo básico hasta entretenimiento, la finalidad era de que, si me iba intempestivamente, cubriera lo necesario para no olvidar nada.

Desde entonces la he cambiado un par de veces de lugar, una porque se mojó la caja donde se encontraba originalmente y otra porque cambie el mueble donde estaba el cajon que la guardaba.. .

Se han presentado cuatro oportunidades en que la he vuelto a sacar del cajon donde se encuentra para revisar que tenga todo:
- cuando pense que me iba a ir a vivir con ER
- cuando creí que me iba a casar con fr y queria revisar que tan preparado estaba
- cuando compre mi casa y crei que iba a mudarme definitivamente ahí
- cuando me decidí a decirles a mis padres que era gay y me preparé para salir de su casa

Hace cinco años fue la quinta y definitiva ocasión que la saqué de su cajón, vimos que es lo que tenía JC y que nos faltaba de comprar para vivir de acuerdo a lo que yo tenia planeado... esta vez fue en serio, aun veo ese listado y me siento muy emocionado, por increíble que parezca, mi sueño de compartir esta vida con alguien que me ame y a quien yo ame por fin se hizo realidad y sigue siendo una realidad.

La Lista la encontré la semana pasada mientras acomodaba viejos papeles y mis revistas, no tienen idd de com me llené de mucha emoción al verla, la había olvidado, es increíble como una situación y una persona pueden hacerte cambiar toda tu vida para bien, y como esas cosas que planeaba de adolescente fueron sobrepasadas por mi realidad...


martes, 14 de enero de 2014

VECINOS


Uno de los temas que nos daban algo de temor cuando decidimos buscar casa para vivir en pareja era el como nos iban a “recibir” los vecinos, como nos tratarían, si nos encontraríamos con alguien homofóbico, con gente buena onda o incluso si habría vecinos que también fueran homosexuales…

Al final, por las circunstancias que se dieron, terminamos eligiendo una casa “prestada” por una amiga en una colonia un tanto cuanto conservadora, ya algo tradicional, y donde lo que mas se ve son familias que han habitado en esa zona por varias generaciones, por lo que creíamos que iban a ser muy conservadoras.

Realmente ya después de mas de tres años viviendo en esta casa podemos decir que nos han tratado bastante bien, digo, no somos una pareja escandalosa ni tenemos fiestas cada semana, pero a pesar de algunas cosas que son mas que obvias nos han recibido y dado el trato adecuado.

De hecho, la vecina con la que mas trato tenemos es mas católica que mi madre (lo cual es demasiado), y pensábamos que nos iba a dar aleccionamientos acerca del infierno y todo eso, pero por el contrario, hasta consejos de cómo lavar la ropa me ha dado, jaja.. Hasta he llegado a creer que su hijo mayor (de 26 años) tiene algo de homosexual, aunque realmente no lo he tratado mucho…

En la tienda del vecino quizá fue donde salio la pregunta mas directa y curiosa, cuando una vez directamente me pregunto, que si vivía solo porque solamente me había visto a mi, al inicio le respondí que no, que vivía con un amigo, pero ahí mismo recompuse la respuesta y tal cual le dije que ps éramos nada mas dos personas, mi pareja y yo… lo cual soltó una risita de algo de nervios, pero jamás volvió a preguntarme y nos sigue tratando con mucha amabilidad…

También el fin de semana pasado al ir a comprar mariscos con otro vecino al cual tenia mucho que no visitaba, su primera pregunta fue: ¿aun estas con este chavo...?, que me dio indicativo de que realmente se fijan en la pareja ademas de que me creyó medio promiscuo... jaja

Incluso a los que no conocemos muy bien de la “cuadra” nos hemos dado la oportunidad de ponerles ciertos apodos cuando nos referimos a ellos mi pareja y yo, así tenemos a “Don Gay”, un señor con ciertas actitudes medio afeminadas aunque es el padre de una familia numerosa, luego tenemos a “Don Chones” quien en una ocasión salio solamente en trusas blancas a alcanzar al “carretón” de la basura (mi marido dice que se le hizo “sexoso” jaja), a la “Sasha” a quien bautizamos así en honor a su mascota, ya que es con la única que la hemos visto cruzar palabra (“Sasha, no!, deja eso!, Sasha tranquila… “), y a varios mas que circundan nuestro “nidito” y que resultan en cada personaje….

De mas homosexuales... pues no andábamos tan perdidos, ya descubrimos que a dos calles vive otra pareja e incluso otra a cuatro calles más que tienen hasta la bandera gay colgando en su cochera, sospechamos incluso de nuestros vecinos a espaldas quienes algunos domingos traen el after de las 6:00 AM hasta que vuelve a anochecer y solo se escuchan voces de hombres…

¿Tuvimos suerte? ¿O realmente los ciudadanos de nuestra ciudad tienen más apertura y tolerancia que los líderes de nuestro gobierno y la iglesia católica aunque formen parte de esas estructuras?

domingo, 12 de enero de 2014

PARA JC




Con esa pasión que hay en los volcanes
Despertaste en mi corazón el amor;
Como la luz del cielo
Disipaste las tinieblas de mi pensamiento;
Como una estrella fugaz
Hiciste que se me pasen las horas contigo;
Y me enamore de ti,
Te metiste en mi pensamiento,
Y sigues sin salir de ahí,
Porque estoy enamorado,
Porque es una locura,
Porque me gusta estar loco por tí,
Porque comencé a vivir,
Porque anhelo darte un beso
Y repetirlo una y mil veces,
Por que sueño contigo
Todos los días de mi vida,
Porque estas ahí,
Porque eres parte de mi corazón,
Porque lo haces latir,
Porque tengo ganas de morder tu boca,
Porque tu alma me fascina,
Porque eres todo para mí,
Estoy enamorado de tí


Feliz Cumpleaños Moshi