martes, 11 de febrero de 2014

OCHO INSTANTANEAS: 30 AÑOS



Mediados de los famosos 80's, el miedo mediático, la vergüenza relacionada con el ser gay, la diversión deportiva.

Para 1984 yo llegaba con una infancia bastante divertida y muy entretenido, normalmente cada vacación veraniega significaba dos cosas: un viaje por una semana a alguna otra ciudad para el evento infantil deportivo anual del club y varios días mas de vacaciones en el pueblo de la familia de mi padre.

En el club hacian una especie de "mini-olimpiadas", un evento que ningún niño menor de los 12 años en el club se quería perder, hacíamos entrenamientos y pre-competencias todo el año para que en el periodo vacacional de julio-agosto (que en aquel entonces era mas regular) nos pusieran a prueba a nivel nacional a 40 niños, enfundados en uniformes deportivos y nuestros nuevecitos tenis panam. Eso significaba convivir por una semana completa con los niños del club y otros tantos de otras partes del país, todo el día y toda la noche. Y así, en una de esas en 1985 pasaría una de las vergüenzas mas grandes de mi vida pre adolescente, pasábamos la noche en grandes salones en bolsas de dormir, una de ellas al despertar mis compañeros comenzaron a reirse hablando de mi, se dieron cuenta de que yo estaba dormido abrazado de mi compañerito de al lado... no pasó a mayores, muy pocos se dieron cuenta pero fue un momento clave al ver como mi subconsciente me llevaba por caminos que me avergonzaban delante de los demás.

Por otro lado, en el pueblo era otra vida completamente, conociendo el campo, muchos animales y mucho machismo, donde todas las platicas giraban alrededor de tal o cual muchacha o niña, y donde todos preguntaban por noviecitas...

Fue también la epoca del rechazo mediático hacia los gays, escucharía por primera vez la palabra SIDA y siempre relacionada con rechazo, homosexuales y miedo, mas razones para reprimir mi homosexualidad ya que todo mundo asociaba el hecho de ser homosexual con el de estar enfermo, por lo que yo decidiría no vivir en base a mis instintos o preferencias y ocultarme de manera consciente e inconsciente ante los demás.

A la par nacería mucha curiosidad, el hecho de convivir con tantos compañeros en las regaderas ya me había dado la pauta para saber que había variedad en tamaños, colores y hasta formas, por lo que quería saber mas, ver mas, por lo que no desaprovechaba cualquier oportunidad para en la escuela o en el club cuando surgían las típicas platicas acerca del sexo, de como la tenían, de si la tenias pelona o no, de si ya te había salido vello, etc, siempre dentro de un supuesto ambiente hetera sin tocar, nomas viendo...

En fin, un final de la infancia con mucha curiosidad y con miedo de lo que yo sentía por los demás niños.

1 comentario:

epistolario segun san alvaro dijo...

Que fuerte... me recordaste cosas. cosas, cosas.